Pequeño instante el que nos sucede,
En pocas gotas de rocío gravitando,
En las ventanas empañadas por agosto,
En el calor de saxofones balbuceando.
Esos segundos galopantes son tan nuestros,
Pero se escurren entre dedos de una mano,
Y los silencios por la ausencia de palabras,
Se convirtieron en las notas de ese piano.
Y son las risas que hace un rato se abrazaban,
Y son mis labios recorriendo tus lunares,
Y es tu mirada si te aferras a mi cuerpo,
Es nuestro fuego que se funde entre la noche.